miércoles, 5 de agosto de 2020

HISTORIA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES Santa Patrona del distrito de La Tinguiña

HISTORIA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES

Santa Patrona del distrito de La Tinguiña

 

En julio de 1996, la revista PERFILES DE ICA, dirigida por el joven periodista Juan Carlos Romaní Chacón, realizó un reportaje sobre la historia del distrito de La Tinguiña, resaltando la vital importancia de sus festividades religiosas en honor a la su Patrona, la Santísima Virgen de Las Nieves, entrevistando a las familias más antiguas, así como a notables vecinos que brindaron valiosos testimonios.

 

El 15 de agosto del 2007, un devastador terremoto destruyó el Santuario del Señor de Luren de Ica, así como destruyó varias capillas e iglesias en toda la región, incluyendo la Iglesia María de Las Nieves. Dos años después, en el 2009, el reconocido profesor, periodista, escritor e historiador tinguiñano, Federico Soriano Vargas, publicó una hermosa obra “La Tinguiña, Tierra Promisoria de Ica” con nuevas investigaciones sobre la Virgen de Las Nieves.

 

El origen de la ferviente devoción a la Virgen de Las Nieves, en el distrito de La Tinguiña, se halla inmerso en los laberintos del tiempo. Data de años y hasta de siglos.

 

Sin embargo, PERFILES reitera que este trabajo no constituye la verdadera versión, fiel, original de la historia de la milagrosa Virgen, porque para confirmar semejante anuncio, tendríamos que realizar una investigación de algunos años, y con un presupuesto suficiente.

 

Los tinguiñanos, esparcidos por todo el Perú y el mundo, veneran a su Patrona, con la misma fuerza y devoción de sus antepasados. Y hoy, cuando el distrito ha crecido vertiginosamente, la devoción aumenta y la Virgen se regocija desde el cielo, esperando que algún día, se escriba un libro dedicado exclusivamente para ella.

 

Mientras tanto, ofrecemos algunas versiones de personas que han nacido en La Tinguiña, y viven desde niños, la tradición y el encanto, de la Virgen de Las Nieves.

 

Entrevistamos a una tinguiñana muy conocida. Para muchos, la mujer que guarda datos que enriquecen la historia de La Tinguiña. PERFILES, le “arrancó” con el permiso de ella, algunos valiosísimos datos para la nueva generación tinguiñana.

 

Rosamalia Farfán, nos dice:

 

“Desde hace muchos años se conoce a la Virgen de Las Nieves y yo eso escuchaba, lo que mis abuelos decían, que al principio había una capilla rústica, donde veneraban a la Virgen, pero en un cuadro, era una estampa enmarcada. Ese cuadro todavía existe y está en poder de la familia Sotelo.

 

Después, con el tiempo, los devotos acordaron construir una Iglesia a la Virgen y mandar hacer una imagen tal cual es, nuestra Virgen que hoy nos bendice desde su Iglesia María de Las Nieves.

 

La nueva Iglesia digna de la Virgen, fue construida con donaciones. Que uno donaba las maderas de huarango, otros, adobes, etc. y los jóvenes desde los 15, 18 o 20 años, se encargaban de llevar el agua en botijas.

 

Don Agustín Morón, Mario Morón, Germán Morón dirigieron la construcción y su apoyo fue valiosísimo. El agua se extraía del pozo que está en la plaza de armas y era muy profundo. Mediante burros de palo se llevaba el agua a la construcción, los hombres jalaban con soga los tachos de madera, desde las profundidades del pozo y llenaban las botijas que los muchachos ponían en el centro del burro de palo, y de a cuatro jovencitos, se encargaban de llevar el agua a la construcción.

 

Para tener agua todo el día, se hacía mediante fajinas, que eran llamadas a todos los pobladores, los días sábados y domingos. Trabajaban en forma desinteresada. No había remuneraciones pero sí las familias se reunían y preparaban almuerzos para los trabajadores, hasta que se logró hacer la nueva iglesia actual.

 

He escuchado desde muy niña, que este cuadro lo encontraron en el Beaterio de La Tinguiña que servía de lugar de reposo y recuperación para los enfermos y ahí empezaron a venerar a nuestra Virgen, que hoy nos protege desde su altar en la Iglesia, y con su rostro de nácar, sosteniendo a su hijo que nos bendice y nos ayuda.”

 

Conversamos con la señorita Filomena Sotelo quien enriquece sus recuerdos y evoca los relatos de su abuelo, don Jesús Sotelo Vicuña y afirma: “Aquella estampa fue encontrada en una pampa y según mi abuelo, sería la actual zona alta del cercado de La Tinguiña. Ahí la encontraron en medio de una granizada que caía y lo más sorprendente es que al recogerla estaba intacta, pues podría estar deteriorada por el clima inclemente.

 

Hoy mi familia aún conserva esta estampa que fue venerada en un cuadro, hace muchos años, y aquí la muestro para que el pueblo la conozca. Nuestra Virgen de Las Nieves, que está en la Iglesia de La Tinguiña, fue un encargo de los fieles devotos que estaban convencidos demandar hacer una imagen y hoy la tenemos, tan bella y linda como es la Virgen de Las Nieves, que nos protege y nos ilumina.”

 

 

 

EL ORIGEN DE LA PALABRA TINGUIÑA

 

En setiembre del año 2009, el destacado profesor, escritor, periodista e historiador, Federico Guillermo Soriano Vargas, publicó una hermosa obra para la posteridad: “La Tinguiña Tierra Promisoria de Ica”, y presentamos los siguientes datos:

 

Pág. 260: “Cuando hemos conversado con muchas personas quechua hablantes, sostienen que etimológicamente la palabra Tinguiña, deriva de una voz quechua: “Tinkina”, que significa: “Encuentro o cruce de dos caminos”. Acepción que nos ayuda a confirmar que el vocablo quechua fue utilizado en el incanato, pudo tener su punto de partida, cuando el Inca Pachacútec construyó La Achirana y la mayoría de los pueblos se instalaron a orillas del río.

 

Los pobladores de ascendencia española que se establecieron en tierra nuestra, continuaron llamándola TINKINA, porque fue un lugar apacible, una posada para agotados viajeros.

 

El Perú, ya convertido en República Soberana, acontece que 39 años después de la proclamación de la Independencia nacional, una Comisión Gubernamental tocó las puertas de nuestro terruño. Corría por aquel entonces el año 1860. Don Pedro Paz Soldán y Unánue, ilustre investigador, conocido como Juan de Arona, en calidad de Presidente de la Comisión de Demarcación Teritorial del Perú, de quien se dice que recorrió el país 17 años visitando los pueblos más apartados, con el propósito de elaborar el primer mapa político que le había encomendado el Presidente de la República, el mariscal don Ramón Castilla. Al llegar al suelo nuestro, para ejecutar el censo, los habitantes dijeron que el lugar se llamaba TINQUIÑA.

 

Al editarse el primer diccionario geográfico estadístico del Perú, en el año 1876, después de una ardua labor del ilustre investigador, testificamos que en la página 930 de dicho libro, se registra la palabra TINQUIÑA, tal como manifestaron los habitantes.

 

Al analizar la acepción de la palabra y posteriormente la lectura del referido diccionario, se determina que TINQUIÑA , es una aldea, por constituir una población sumamente pequeña, ubicada a un cuarto de legua de la ciudad de Ica, conformada por chozas y la presencia de una iglesia. Aldea, porque no poseía autoridad propia, con dependencia de pueblo, villa o ciudad.

 

 

LA FUNDACIÓN DEL BEATERIO DE LA TINGUIÑA

 

Seguimos a Federico Soriano Vargas:

 

En 1776 se inició la construcción del Beaterio de La Tinguiña. El gestor de tan importante obra fue el padre José Manuel Cordero, miembro de la congregación eclesiástica de Los Dominicos, quien trabajó arduamente hasta culminarla. El 8 de diciembre de 1789, se estrena, porque en aquella fecha se celebra como hasta ahora, las festividades de la Virgen Inmaculada Concepción.

 

El Beaterio de La Tinguiña, constituyó un anexo de atención médica del hospital de Santa María del Socorro, especialmente para enfermos convalecientes de tuberculosis y que a su vez, fueron cuidados por “beatas”, de ahí su nombre, El Beaterio. El aire seco y puro que corría por las extensas pampas de La Tinguiña, permitió que médicos de los siglos pasados, escogieran a nuestro terruño, como un lugar especial para construir una institución benéfica a favor de la salud de mucha gente humilde del barrio.

 

LA VIRGEN DE LAS NIEVES, SANTA PATRONA DE LA TINGUIÑA

 

Estamos seguros que el Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, al proclamar la Independencia de Ica, el 21 de octubre de 1820, fue testigo de la inmensa y fuerte devoción del pueblo iqueño al Cristo Moreno Señor de Luren; que por coincidencia, también en esos días, recibía el homenaje que le tributan sus fieles devotos en el marco de sus fiestas patronales de octubre.

 

De igual manera, estamos seguros que la División de la Sierra del Ejército Libertador del Perú, al iniciar su marcha rumbo a Huancavelica, fue testigo de la devoción del pueblo tinguiñano, del pueblo iqueño, a la Santísima Virgen de Las Nieves.

 

Federico Soriano Vargas, nos relata:

 

Las festividades tradicionales del Beaterio

 

En época del Beaterio, se celebraba en La Tinguiña, las festividades de la Virgen Inmaculada Concepción, el día 8 de diciembre, en coordinación con la iglesia de Santa María del Socorro de la ciudad de Ica.

 

La llegada de la Virgen de Las Nieves al barrio

 

El padre Santiago Rejas, se hace cargo del Beaterio de La Tinguiña en el año 1848, devolviéndole como en el pasado todo su esplendor. Y durante su administración construyó un oratorio que lo puso por nombre Socorro de La Tinguiña, trayendo desde España a la Virgen de Las Nieves en un óleo.

 

Las festividades de antaño

 

Fueron otros tiempos las celebraciones de las novenas, vísperas y procesión de la Virgen de Las Nieves, convocadas durante una semana por el tronar de las campanas, donde acudía la comunidad con su ropa de gala. Las damas iban con el rostro cubierto por un velo, llevando en sus manos el rosario y el misal, mientras que los varones vestían terno y sombrero. Todos ellos escuchaban el responso del sacerdote, que desde el púlpito predicaba.

 

Desde que salía la procesión hasta que ingresaba, el sacerdote iba delante de la Virgen derramando el sahumerio, unas veces lo hacía el padre Amalio Herrera, otra el padre Moyita, ambos dejaron una estela de fe cristiana en el barrio. Por otro lado, durante el recorrido de la procesión don Silverio se encargaba de encender los cohetes todos los años en honor a la patrona, desde aquella vez que compró un huacho de la lotería millonaria en nombre de la Virgen y se sacó la suerte en la ciudad de Lima.  

 

Gente de todas partes del territorio nacional y tinguiñanos residentes en el extranjero, acuden a la fiesta de la patrona del Distrito.    

 

1.               EL PRIMER ALCALDE DE LA TINGUIÑA

 

Por: Juan Carlos Romaní Chacón

 

En julio de 1996, un novato periodista emprendió la tarea de recoger algunos de los miles de datos históricos, sobre La Tinguiiña; y, específicamente, sobre la Virgen de Las Nieves.

 

En uno de esos días, cuando la paraca tinguiñana parece refugiarse en lo hercúleos brazos de los ficus centenarios de la Plaza María de Las Nieves; un señor de avanzada edad, de rostro cetrino y cabellos ondulados, luciendo las canas que afloran con el tiempo, reposaba sentado en un banquito de cemento, al costado del local municipal.

 

El jovenzuelo que apenas conocía ciertos datos de La Tinguiña, deficiencia lógica de todo foráneo, optó por consultar al delgado tinguiñano de los cabellos canos, algo sobre La Tinguiña Antigua.

 

La breve conversación, resultó rica en detalles pasados  y el joven agradeció la atención y se despidió del desconocido tinguiñano. Pasaron siete meses, y cuando permanece latente y fresco, el recuerdo de la presentación de la Revista Perfiles, edición especial sobre la historia de La Tinguiña, con la portada engalanada por la imagen de nuestra Santa Patrona Virgen de Las Nieves; el bizoño periodista se atreve con cierta audacia a indagar una vez más, detalles del pasado, aún con el riesgo de omitir verdaderos momentos que merecen estar registrados en un papel, para que sirva de consulta y motivo de respeto y admiración a las nuevas generaciones.

 

Tal riesgo se desvanece, porque al acudir a las fuentes, se asegura la veracidad de los hechos y su correspondiente publicación.

 

Don Jorge Cevasco Villagarcía, primer alcalde del distrito, sufre una enfermedad a los ojos que no le permite distinguir muy bien, y cercano a los 70 años de edad, conservando esa lucidez envidiable por muchos y venerada por pocos; nos contó su historia y parte de su vida, por supuesto sin reconocer al periodista que otra vez se le ponía en frente, dispuesto a escuchar las sabias palabras y los valiosos recuerdos, grandes eslabones del grandioso pasado de La Tinguiña.

 

 

UN LIBRO A MI TINGUIÑA  

 

En la comodidad de su hogar, don Jorge toma aire y desparrama sus palabras a través de esa voz pausada y precisa: “… algo tiene que quedar en la mollera, si vale el término, que finalmente pueda perennizar con un documento escrito y que pueda servir de consulta, los motivos de recuerdo y el futuro de La Tinguiña, que sea bueno y fuerte como el huarango…”

 

Y aclara con solemnidad propia de los patricios romanos….”yo muy poco conocí de los trámites que se hicieron para que La Tinguiña fuera distrito. En ese tiempo yo trabajaba en Ica, en la Casa Picasso y era difícil que yo estuviera constantemente en estos lugares, salvo los fines de semana para pasarlo con mi madre…los verdaderos hombres a quienes se les debe reconocer su lucha por tan noble ideal, son don Augusto Gonzáles Tipacti, Armando Cevasco Villagarcía, Eugenio Uribe, Carlos Luna Victoria, Fernando Cevasco y muchos más…

 

Hace algunos años, teníamos en mente, algunas personas, como Alfonso Tello, Rolando Cazallo, y otros….escribir un libro, y fuera el resumen, porque es muy difícil escribir toda la historia, y que pueda servir de orientación ; y fijar en ese documento el nombre de personas que no deben olvidarse nunca y puedan estar todo el tiempo latentes, en el recuerdo de la gente…de vez en cuando nos reuníamos y surgían grandes conversaciones, junto a una chelitas y nuestro pisquito, pero el tiempo no nos alcanzaba por nuestras ocupaciones y la idea se iba postergando…”

 

LAS BUENAS NOTICIAS

 

“…La noticia de la creación política del distrito de La Tinguiña, la trajo don Domingo Arias Rondett, que junto a los gestores que ya he mencionado y a mi primo Julio Cevasco Llerena, son los pilares de tremendo triunfo.

 

Domingo era muy activo y el llegó como a las doce de la noche del 28 de diciembre de 1961. Hubo un pequeño revuelo en la población y ahora venían los problemas…”

 

¿QUIÉN SERÁ EL PRIMER ALCALDE?

 

El brillo relampagueante, encienden las pupilas de un hombre que sufre las batallas inexorables de la ancianidad, y descarga otra andanada de recuerdos….”El problema de buscar quién será el primer alcalde, se terminó cuando los miembros de la comisión por la creación de nuestro distrito, acordaron buscarme a mí para ser alcalde. En ese tiempo la gente no era como hoy, que fácil se emociona creo yo, y hace problemas. Eso se ha visto y se ve en todo el Perú.

 

Cuando a mí me dijeron la noticia y después me trajeron la Resolución de la Prefectura nombrándome como alcalde, para mí fue como un pesar,, pues con el trabajo recargado que tenía como encargado de Caja de la Casa Picasso, imagínese; y tampoco podía negarme…y yo de alcalde, que sabía? ¡nada!....antes no había computadoras y yo trabajaba con los libros de contabilidad, que al abrirse parecían una cancha de fútbol. Había compartimientos para Vista Alegre, Santa Margarita, Macacona, Cabildo, etc. Todo ese movimiento lo llevaba yo…..ganaba un sueldo considerable, pero el trabajo me absorbía 20 horas de un día….pero yo creo que el destino de todos los seres, está trazado. Se hizo la proclamación, se paseó la bandera por toda Tinguiña, que siempre ha tenido contacto con todos los caminos y por eso se realizó un rallye, que hasta ahora no ha podido ser superado, motivo de otro relato….”

 

LOS NUEVE CONCEJALES

 

“….Se nombraron nueve concejales o regidores por desconocimiento de la ley de municipalidades, porque en realidad tenían que ser sólo cinco concejales. Acordamos instalar la primera comuna y elegimos el local del Club Sport Puerto Aéreo.

 

Con mis compañeros de trabajo de la Casa Picasso y los flamantes concejales, organizamos un almuerzo para agasajar a los invitados. Mi madre Eufemia Villagarcía Ecos, me acuerdo, brindó su casa, ésta casa en donde nos encontramos, para ofrecer el almuerzo. Se hizo un programa, una tarde deportiva, se compraron mallas para los arcos del campo de fútbol, gracias a la gestión de Miguel Ángel Campos.

 

Nuestro gran amigo José Meza Quijandría, nos apoyó para conseguir los travesaños. Los postes tenían 5 pulgadas de ancho, de largo tenía 2, 43 y el larguero 7.32.

 

Vinieron de Ica varios diputados, senadores, otras autoridades, etc. No sé como, pero el almuerzo alcanzó para todo el pueblo”.

 

UN ONCE DE FEBRERO

 

“Antes de iniciar nuestras actividades como distrito, el almuerzo ese, fue una lista de  anécdotas y recuerdos. Nos instalamos oficialmente y festejamos muy bien, tanto así que faltaron cajas de cerveza y nos perdimos de ganar más. Pero también se perdieron cubiertos que tuve que pagarlos yo, porque me los presté de la Casa Picasso, que me lo descontó de mi sueldo en armadas….encima el Prefecto de Ica, con varias copas de pisco adentro, anunció que La Tinguiña sería provincia…”

 

“En ese tiempo se produjo el golpe de estado y sacaron a don Manuel Prado Ugarteche, presidente de la República y empezó una persecución política empezando por destituir a todos los alcaldes del país y con la consigna de destituir a todos los regidores apristas.

 

Y así antes de realizar la instalación de la primera comuna….ya teníamos problemas. Entonces llegó un alférez, comisionado por el Ministerio del Interior, pero este señor era compañero de armas de mi hermano y amigo de mi familia….no me destituyó, pero el problema de los concejales quedaba pendiente. Mi gran amigo Juvenal Farfán, uno de los mejores tesoreros del municipio, en toda su historia, se encargó de averiguar cuando llegaban los resultados de la investigación sobre concejales apristas. Y llegó un día con la respuesta, un documento que el me lo leyó, y confirmaba la destitución de todos los apristas y que justamente conformaban una gran parte de la primera comuna.

 

Entonces le dije que él no había recibido nada y rompí el documento en pedacitos. De esta manera pude continuar con mi gobierno con el apoyo de estos nueve concejales que se dieron íntegros por La Tinguiña.

 

El once de febrero iniciamos nuestras actividades y con el apoyo de Miguel Campos y de mi sobrino Julio Cevasco Llerena, que redactor de actas del Congreso de la República y periodista de El Comercio, iniciamos las primeras obras.

 

Yo no sabía donde estaba parado y con sus orientaciones fuimos avanzando.

 

Sobre el tema del agua, existía un pozo en  la Plaza María de Las Nieves, que hasta ahora se observan algunos restos y el reservorio que usted vé, se construyó por el Estado. Habían varios pilones en lugares estratégicos y nosotros mejoramos esa deficiente acción del motor extractor de agua y ampliamos las tuberías para la población que iba aumentando.

 

 

Realizamos un baile en la escuela 22309, lo que hoy es el Instituto y nos dio una utilidad de 17 mil soles. Compramos un motor y una bomba vertical de 4 pulgadas que mejoró el bombeo y hasta hoy existen restos enterrados en el pozo. Con otras partes se hicieron los parantes para la cancha de fútbol. Construimos tres puentes para cruzar las acequias, que ahora ya han sido destruidas para construir la Av. María de las Nieves. Al respecto del afirmado de las calles de ese tiempo, mucho debemos a las gestiones de José Oliva Sotelo, hijo del alcalde que tuvo Ica, don José Oliva Razzeto.

 

Las sesiones de concejo las hacíamos en el alma mater de La Tinguiña, la escuela 22309, a puerta abierta y el que quería entraba y opinaba. No ocultábamos nada.

 

Los nombres de ciudades capitales de América y Europa, que hoy se nombran en La Tinguiña zona alta, les pusimos así con la finalidad de pedir apoyo a las embajadas de esos países, para que financien la construcción y el embellecimiento de las mismas. Además no se iba a llamar así, Tinguiña Alta, mal llamada hasta ahora, sino, Urbanización Mundial. 

 

LA CALLE OLVIDADA

 

Para perennizar el 11 de febrero, le pusimos ese nombre a una calle que está un poco escondida. La idea era y es, que esa calle se empalme con la Av. Julio Cevasco y se puede hacer, porque parece que nunca se lo pidieron a los dueños de esos predios que están construidos, que estaban llanos a colaborar. La calle 11 de febrero es más ancha que la calle Julio Cevasco, que se le llamó así en memoria de mi padre Julio Cevasco Elías.             

 

ITALIA

 

Mi abuelo don Rómulo Cevasco Barballerata, vino de un pueblo de Italia y se instaló en La Tinguiña, junto con su paisano don Mateo Novaro. Mi apellido se pronuncia “chevasco”, pero ahora mi familia lo ha hecho peruano e iqueño y se pronuncia “cevasco”, con mucho orgullo y gracias a esta tierra bendita.

 

LOS FICUS Y LA VIRGEN DE LAS NIEVES

 

Yo calculo que el ficus que está frente a la Iglesia María de Las Nieves, tiene 10 años, porque realicé algunas indagaciones; pero los otros ficus son recientes y algunos los han matado para construir la Plaza de Armas.

 

Hernán Uribe Matta y don Carlos Luna Victoria, son mis fuentes de información con quienes nos reuníamos en una cantinita de don Nicolás Roca; eran reuniones provechosas en donde aprendíamos mucho los más jóvenes.

 

Sobre la fiesta de la Virgen de Las Nieves, nosotros no nos metíamos en nuestro primer gobierno. Después formé la Hermandad de la Virgen de Las Nieves conservando siempre la inalterable tradición. Además fundé la Liga de Fútbol, el Coliseo Parroquial, tracé el Estadio Municipal, me dediqué a hacer el plano urbanístico y ubiqué la plaza José Olaya, el colegio Daniel Merino Ruiz. Aquí quiero decir que hay un desnivel desde el punto de la Plaza de Armas María de Las Nieves, al punto de la plaza Olaya, de 5 a 6 metros, igual en el estadio, un desnivel de 1.5 metros….en fin, hay tantas cosas que nos faltarían días para contar…”

 

CAMPO DE ATERRIZAJE

 

Lo que hoy es la Av. El Parque, era el campo de aterrizaje para aviones Faucett y Paracas….después vinieron maquinarias para ampliarlo a 1800 metros de longitud por 135 metros de ancho, y con cuyas máquinas aprovechamos y afirmamos varias calles, que tienen su nombre por concurso público. Esa gran avenida la llamé yo Av. Los Incas. Después la llamaron Campo de Marte, no sé porque mérito, pero no estoy de acuerdo porque Marte no tiene nada que hacer en La Tinguiña; y por último la llamaron Av. El Parque. Sin duda, es la columna vertebral de nuestro distrito, que separa la zona alta y zona baja, únicamente por el desnivel de terreno que hay, y no por tontos motivos que en nada contribuye a estar cada día más unidos en una sola Tinguiña”.

 

Publicado en el Boletín Municipal de La Tinguiña, el 11 de febrero de 1997.

 

 

EL VELO PROTECTOR DE LA VIRGEN

 

El amor a la tierra donde nacieron, hace que algunas personas expresen con más intensidad y difundan la tradición de su pueblo, con la energía de sus palabras y de sus gestos.

 

Es el caso admirable y digno de saludar, de la profesora Julia Campos, directora del CEO Carlos Luna Victoria, que está haciendo labor en La Tinguiña.

 

Solo escuchamos lo que nos contó, y lo transcribimos textualmente sin recortar sus detalles, porque perdería esa esencia que emana orgullo y tradición:

 

“Según nos relataban los más antiguos tinguiñanos, y uno de ellos, don Benito Loayza; en la guerra con Chile, los ejércitos invasores que atravesaban todo el valle de Ica, con rumbo a Los Molinos, llegaron al pueblo de La Tinguiña, y realizaron sus respectivos abusos, tal delincuentes que eran. Y al perseguir a tres personas para pasarlos a bayoneta, como era su costumbre, cobarde y despiadada; los desarmados hombres estaban a punto de ser alcanzados por los indeseables y se escondieron en la capilla, detrás del velo de la Virgen y los soldados chilenos no los vieron y dieron por terminada la búsqueda”.

 

Una sonrisa asoma en sus labios y nos dimos cuenta que algo más tenía que agregar y obviamos las preguntas:

 

“La veneración a nuestra Patrona, tiene más de un siglo, y el origen, su historia, aún no se ha escrito oficialmente y tampoco se ha confirmado, una razón más para que la devoción permanezca en constante aumento por ese hermoso halo de misterio que la envuelve. Ella nos ilumina siempre y si le contara como eran las fiestas patronales, en mi juventud, no te alcanzarían las páginas; pero le diré que antes, La Tinguiña, no era más que un pueblo de dos o tres calles, y las principales eran, la que hoy lleva el nombre de Julio Cevasco, Santa Rosa y avenida María de Las Nieves, y por supuesto, sus famosos barrios de Los Lunas, Chanchajalla, La Bambarén, La Máquina, etc.”

 

“La Tinguiña Vieja, La Tinguiña Tradicional, era el centro de las fiestas patronales y aquí nos reuníamos no solo gente tinguiñana, sino, de todo Ica y sus quebradas. Mi abuelo don Víctor Altamirano Quispe, que murió a los 95 años, me contaba unos hermosos relatos sobre la procesión de la Virgen.

 

Yo me acuerdo como, de niña y de joven, esperaba el mes de agosto con tal ansiedad que toda la chiquillada, esperaba los regalos de sus padres, como una navidad en agosto.

 

En las fiestas de la Virgen, era un gusto tremendo lucir unos zapatos nuevos, opa nueva y con el ambiente festivo proporcionado por el estallido de las bombardas, entremezclados con los acordes inigualables del famoso don Eliseo Carbajo y su banda, que hoy, a sus 102 años de edad, sigue componiendo música.

 

Como no recordar, que la procesión que empezaba al atardecer y cuando no había luz eléctrica en La Tinguiña, la multitud que acompaña a la Virgen, alumbraba con sus velas y sus cirios y le daban un encanto muy hermoso con las noches estrelladas, majestuosas y dignas de nuestra Patrona

 

Las novenas de las familias Campos, los Sotelo y otras más, eran muy bonitas y venía gente desde EE.UU. ha venerar a su Virgen. Los Sotiles, los Quintana, los Cortez, entre ellos.

 

Después de la tarde deportiva, la procesión y toda la magia de esa noche, la población se iba al Club Sport Puerto Aéreo, que en esa época se le mencionaba a cada instante y era un orgullo decir “yo soy del puerto”, “vengo del puerto”, “voy al puerto”, etc. y esa noche de baile, las abuelas acompañaban a las hijas y nietas, y los varones pedían permiso a las señoras mayores, para invitar una gaseosa a la niña.

 

Nosotras, mis amigas y yo, así como otros grupitos más de muchachas que no podíamos ir con nuestros padres, no nos dejaban entrar solas, así que llevando los instrumentos de los músicos, entrábamos al club y compartíamos con nuestros paisanos la alegría de la fiesta.

 

Como siempre y no podía ser de otra manera, la paraca señalaba el fin de las fiestas patronales, y La Tinguiña nuevamente se sumía en su monotonía, el resto del año.”

 

(REVISTA PERFILES DE ICA, Julio 1996. Juan Carlos Romaní )

 

 

A MI REINA VIRGEN DE LAS NIEVES

 

 

Este relato, impregnado de amor y devoción a su Patrona, logrará que muchos lectores evoquen el pasado y no podrán detener el caudal de lágrimas, rebeldes ante el paso del tiempo, pues Francisco “Paco” Rivas, se ha esmerado en ello.

 

 

PRIMER DÍA

 

3:00 pm

 

El hombretón alcanzó orgulloso la obra terminada ante la mirada pletórica de alegría y agradecimiento del niño que cogía entre sus manos, aquella estrella de seis puntas, con una cola hecha de retazos de camisas echadas a perder por tanto uso y un ovillo de hilo para un vuelo de 150 metros.

 

La distancia entre su casa y la pampa fue devorada por una carrera con otro niño, siendo recibidos por un azul sin igual y un viento invernal que recordaría con nostalgia, por siempre; al igual que todos aquellos que en algún momento de su tránsito mortal, en aquél pueblo diluviano.

 

4:00 pm

 

Los colepatos, aviones, pavas y estrellas, caracoleaban impulsados por una paraca cómplice, mientras el sol calentaba a duras penas, el escenario único y maravilloso de ese primer día tan esperado durante todo el año por cada uno de sus habitantes en la representación que les correspondía dese siempre, a un guión dado por el Altísimo y que con tanto orgullo aceptaban.

 

Los ficus centenarios y los eucaliptos de la playa producían extraños silbidos al enfrentar la marcha rauda de la paraca, que aun siendo moderada señalaba la estación reinante, mientras al costado del Palacio, las vivanderas ultimaban sus chozas para la venta nocturna, con rapidez y exactitud increíble.

 

6:00 pm

 

Cuando la mansión de Miguel Ángel y Jorge no existía, en su lugar había un establo en cuyo fondo se percibía unos cañaverales demarcando el cauce de la incaica Achirana y que en el crepúsculo, un paisaje incomparable, matizado por tonos escarlatas, anonadaba a cualquier observador.

 

Desde alguna casa, un radio a batería dejaba oír “cuando la tarde languidece, renacen las sombras” y las planchas a carbón más eficientes ponían a punto la “telada” para la víspera. Motivados por la melodía, los espíritus se preparaban para aquella noche, pues era la cita en un lugar donde se desnudaban con inocencia y sin vacilación, los sentimientos más encontrados, algunos guardados por décadas, buscando un entendimiento que solo podía darse entre seres identificados por cuestiones del alma. Y es que en ese pedazo del mundo, el alma era la Virgen de Las Nieves, y el Puerto, como punto de partida, para todas las demás cosas terrenales.

 

7:00 pm

 

En su tienda de la Plaza, Pablo y Carlos conversaban sobre los gigantes pétreos que absurdamente estaban destruyendo manos profanas, dejaron al pueblo sin “la tortuga”, “el fraile” y aquellos monstruos antediluvianos, que podrían haberle dado una rentabilidad sin límites, ni tiempo, convirtiendo el lugar en vitrina para el mundo.

 

7:15 pm

 

La llegada de Fernando y Eliseo, suspendió el diálogo, elevando las palabras en busca de un remoto valle donde el aroma de azahares y gusto imborrable de naranjos, hirió de nostalgias a Pablo quien trató de recomponerse buscando en aquél primer día sin igual, algún paliativo que le mitigara el gusto triste que lo desolaba.

 

8:00 pm

 

El tropel de niños indicó la llegada de Silvestre con su carga pirotécnica de castillos, bombardas, camotes, palomas, toro y muñecas, para ser lanzadas al espacio, en aquella noche fascinante donde los hombres se hacían niños, cayendo todos por igual, en un hechizo total.

 

 

8:45 pm

 

El carro amagó cerca a la esquina de Nico, evadiendo unos niños intrépidos y a través de la ventanilla, se pudo ver el rostro de aquél otro mago, que con su carga de instrumentos musicales, hechizaría horas después, a todos, como ahora y como mañana, en los tonos hipnóticos de música hurtada en las carteras tropicales, de aquellos genios místicos como la Matancera, Lavoe, Colón, Celia o Cheo.

 

Lucho, arrojaba en los salones del club, a todos los presentes, sus dardos, provocando devastadoras consecuencias, pues el amor, el perdón, el recuerdo o la comprensión, eran sentimientos que luego se daban en su máxima expresión

 

11:00 pm

 

El cielo se convulsiona por las brillantes escaramuzas entre los brillantes inquilinos eternos de la noche y los fuegos de artificio que Silvestre ha liberado, creando un enjambre multicolor de estrellas, cometas y meteoros. Asombroso hasta lo indecible y tan necesario, que la Reina, ante tanta fe y amor, dejaba que algunas luces fugaces se atraparan en la telaraña celeste, para ser otro astro más.

 

11:30 pm

 

El remolino humano pugna por ingresar ante la contundencia de Chino y Marianito. Las mejores galas se exhiben en esta cita ansiada y el derroche sentimental es un huayco arrasador, donde todos son víctimas sin queja y así cada año, vuelven rendidos para ser devorados por ese alud de sueños hasta siempre jamás.

 

Lucho golpea cuatro veces la baqueta y el bozo inunda el recinto verdolaga, produciendo la chispa que enciende los motores, dando comienzo al baile, en donde la aglomeración no permite ni un solo movimiento. Pero eso no interesa, pues lo que se quiere es salir con alguien aunque sea solo a balancearse y transpirar, buscando luego un vaso de cerveza, el atenuante a la sofocación.

 

 

 

 

00:00 horas

 

Armando y José Tipacti, ingresan con paso decidido, motivando que un sendero se vaya formando, hasta detenerse en la sala de trofeos, buscando con inquisidora mirada a un posible infractor. Sólo se permiten cinco vasos de cerveza y un cigarrillo a los elegidos de mañana, en que disputarán un trofeo con la primera de Parcona y deben estar óptimos para el lance.

 

 

1:30 am

 

Algunos elegidos se desbandan aun con la presión que ejerce la presencia de Armando y José, por lo que su nombre se borra de la lista envidiada. Piquín es uno de ellos y en los brazos de Baco se vuelve más expresivo, más agresivo conforme ingiere vaso tras vaso.

 

1:40 am

 

El gigante hace su ingreso acompañado de dos colosos de ébano, quienes ciñen en sus testas, las coronas de los pesos completos, creando un ambiente de sorpresa y admiración entre los concurrentes, y el grupo se ubica al fondo, cerca a la Achirana, versando la conversación entre peleas, viajes a Norteamérica y de la hazaña hecha, hace poco, por el coloso, quien ha bregado uniendo dos continentes en una acción sin parangón.

 

2:20 am

 

La mirada turbia de Piquín se cruza con la del titán y un brillo de rencor sin fundamento, aparece en sus ojos, mientras venenosas serpientes escapan de su boca en una abierta y hasta desequilibrada provocación.

 

Manos amigas tratan de contener al agresor, quien desafía sin tregua, buscando dirimir superioridades en las arenas del cauce incaico, mientras los acarbonados monarcas no salen de su asombro.

 

El enorme moreno mide con paciencia al desaforado retador; o es un maestro en artes marciales que busca incrementar su fama de luchador o es un desahuciado que busca un decente sepelio y con una mirada de duda, evade el reto, un movimiento de cabeza señala a los púgiles la retirada, mientras su mirada se oscurece por una nube de confusión que lo acompañaría el resto de su vida.

 

4:00 am

 

“Cada vez que te tengo en mis brazos, que miro tus ojos” y el bolero en el estilo de Lucho, haciendo coro al chato, destroza las últimas defensas existentes, quedando todos inermes a los caprichos del corazón, a la vez que señala el principio del fin en aquella velada que deja una complacencia plena a cada participante.

 

4:30 am

 

Las sombras y el silencio que cubren los salones vacíos dan un toque lúgubre siendo rotos por los ronquidos o intentos inútiles por recomponerse, de los borrachines que exageraron la nota aquella noche.

 

 

SEGUNDO DÍA

 

5:30 am

 

El inicio del segundo día no lo marca la hora sino la salida del sol, pues entre una tenue neblina, algunos amanecidos buscan entre las chozas, el caldo de gallina que levanta el ánimo y desaparezca el torbellino originado por la excesiva ingestión del espumante trago que no permite disfrutar esta tan importante fecha.

 

5:45 am

 

Son tules de humedad, que cubren la plaza, empiezan una sutil retirada, en el patio del Palacio, una silueta empieza a romper la bruma.

 

Arropada en su lucha con la frigidez del momento, Judy cumple su promesa con la Reina y besa con devoción mientras reza mentalmente, agradeciendo por el milagro otorgado en la ampliación a un pacto que data, del inicio de los sesenta, cuando llegó a este pueblo y pidió a Su Majestad, resignación, a la vez que no extrañara el valle dejado, pues el olor de azahares y sabor de naranja, no la dejaba en paz.

 

La Reina le cogió un aprecio especial y se quedó con ella desde aquél entonces en una relación en donde la fe y el aparo se hizo cotidiano entre ambas.

 

6:00 am

 

El estruendo de camaretas anuncia que el gran día ha llegado, atrás quedó la noche con sus bailes, confidencias, connatos y desnudar de almas, ahora hay que brindarse a la Reina.

 

10:00 am

 

Sofía, Rosa Amalia y Oriele vienen de la casa de Hermelinda. Entre sus brazos, reposa la vestimenta real, es el momento de cambiar a Su Majestad.

 

Mabel y Julia, ayudan a la Reina, a bajar de su trono. Los coros empiezan a llegar, también William, el consumado maestro que otorgará algún solo de órgano, inspirado en una página de Chopin o Mozart.

 

Los colunchos van y vienen con rapidez inusual, en franca contienda con el comité de autos, trayendo por centenares a fieles, turistas o simples mortales que buscan una gracia de la milagrosa Reina.

 

10: 30 am

 

La plaza está repleta; de un Cadylac bajan Amalia, Julián y Silverio, los tres ministros más recordados que llevarán a cabo la ceremonia que tiene congregada a un centenar de personas ansiosas de expresar sus sentimientos a la Reina.

 

 

 

 

11:30 am

 

Falta poco para el inicio del Sacro Ritual y el calor imperante exige una bebida, pero que sea especial, por ello en los pasos al curato se forman largas colas hasta un soberbio Nico que reparte su preciada chicha jora con parcialidad desquiciante. Cerca de ahí, instalado en una mesa, Juvenal realiza la colecta con matemática precisión, pues los números que aparecen en el recibo se hacen sin que el tributante abra la boca. A su lado Miguel Ángel, Armando, Carlos, Alfredo, Serafín, Fernando, entre otros, se pasan la jarra de jora, mientras analizan las posibilidades del partido con la primera de Parcona.

 

12:00 m

 

Un sol esplendoroso ilumina el pueblo haciendo marco al momento tan especial, es el instante en que la Reina baja de su trono escuchando por una hora a cada uno en audiencia insólita, en la que otorga bendiciones, cristalizando sueños, y obrando milagros sin restricciones.

 

El portento concluye con el mismo misterio con que empieza y los ministros sin dejas que se esfume el hechizo en los presentes comienzan los rezos en latín para aumentar aún más la sorpresa, ocasionando una levitación multitudinaria que pinta por sí sola la comunión celestial y terrenal.

 

2:00 pm

 

El local porteño está atiborrado, un extraño brillo verdoso que despiden los polos, shorts y zapatillas, diferencian a los elegidos de los demás. Miguel Ángel, Miguelito Chiringo, y Abilio, los mejores presidentes y entrenadores, forman el grupo técnico que señalará los once mejores de aquél grupo soñado.  

 

Los guantes se prueban entre el maestro Quinicho y Patón, ante la extasiada mirada de incluir la barrera defensiva se repartirá entre Lucho Abad, Valeriano, Chino Gómez, Roberto, Tobi, Vitito, Ranga, Hugo, Nando, Chaucato y Percy; en la medular, buscando los 5, 6 y 8, Huarcaya, Miguel, Cabezón, Juan Antonio, Julio y Lucho cabezón, con un Master Mocho, pues el genio de siempre es un 10 intocable para el César Tobi. Más allá, la ofensiva se escoge entre Calín, Ico, Polo, Ruco, Renán, Iván, Eugenio, Juaco, Pibe, y por supuesto, Bimbo.

 

3:00 pm

 

El rectángulo está demarcado por estiércol y esta vez las rayas son casi perfectas, pues Salomón no fue hechizado por Baco, como hace quince días, cuando era rombo la cancha y se tuvo que suspender la goleada a Otorongo por 30 a 1, en un diluvio de marca antes visto.

 

3:30 pm

 

El ir y venir del balón en los pies de Velit, Núñez o Escalante denota la clase parconense, pero el equipo soñado, es más en los tiros de esquina de Eugenio, la maestría de Mocho y Renán, el compás de Julio y Lucho o el Pava, mientras que los largueros son el marco a los tiros libres perfectos de Hugo o Calín.

 

 

 

 

 

3:45 pm

 

El genio del César Tobi alimenta sin descanso al arco, a Ruco, a Polo, a Juaco y los desbordes se multiplican, proveyendo centros al Pibe, a Bimbo, y la proyección de la volante en un vendaval verde de constante agresión donde las filigranas de Iván son movidas por el alma.

 

3:50 pm

 

Dos goles señalan la superioridad del Puerto, mientras las chalacas de Roberto, los cierres de Vitito y Tobi, demuestran la contundente defensa, pues a la técnica de Ranga, se suman las rastrilladas de Vale y Nando. Y claro, él está ahí para llevarse con banderín de correr y todo, pelota con jugador incluido, en una carretilla que produce una polvareda impidiendo toda visión hasta que emerge su recia figura, Chaucato está en la zaga y solo un viento tímido se filtra por su lado.

 

6:00 pm

 

El retorno triunfal con los hurras de siempre se confunden con el tronar de los cohetes, marcha procesional y algarabía general, pues en ese preciso instante la Reina aparece en la puerta del Palacio, con su figura amable e inolvidable, para recorrer sus dominios, en medio de una fe que año tras año se renueva, creando la grandeza de ese pueblo que enarbola un solo ideal:

 

“La Tinguiña, para siempre, mi Tinguiña es tuya, mi Reina de Las Nieves”.

 

(REVISTA PERFILES DE ICA, Julio 1996. Juan Carlos Romaní )